Déjame adivinar estás empezando a leer esta reseña de una de las películas más esperadas de este año, buscando si en verdad vale cada minuto pagado.
Y te contestaría que si, si lo vale. Preguntarás: ¿Oye Martín dirás spoilers de la película?
Por supuesto que no ese es un viaje que debes de descubrir tú solo, de la misma forma que descubriste esas página naranja con negro, rojo con negro, azul con blanco, rosa con negro, etc.
Desde su anuncio por parte de Ryan Reynolds de una tercera película de Deadpool donde hasta el momento se mantuvo fiel al humor, clasificación y escénica del personaje además de no usar las mismas reglas del mundo de superhéroes.
Se tenía gran expectativa ya que ahora el trasero de Deadpool le pertenecía a Disney, con lo cual los fans temían que se reiniciara la saga o hicieran al personaje clasificación PG 13.
Aunque estas dudas se disiparon al momento de ver a Ryan Reynolds y Hugh Jackman juntos en un video donde decían que Wolverine estaría en esta tercera entrega.
LET’S FUCKING GO!
Está nueva entrega por raro que parezca se siente que desde la primera película ya estaba planeada para encajar perfectamente dentro del MCU, sin dejar cabos sueltos o agujeros de guion.
La historia no muestra a un Wade Wilson retirado de la vida de mercenario y llevando una vida tranquila como vendedor de autos usados junto a Peter.
Justo el día de su cumpleaños es secuestrado por la TVA (Time Variance Authority) la misma que vimos en las 2 temporadas de Loki, para que trabaje con ellos, aunque esto impliquen tener que abandonar a los que más quiere.
Entre toda esta aventura llena de variantes como la serie Loki nos ha presentado nos encontramos con Wolverine jamás visto, uno que defraudó a sus compañero y los abandonó cuando más los necesitaba.
Juntos, esta pareja dispareja se embarcarán en un viaje lleno de acción, groserías y mucha pero mucha sangre.
Deadpool & Wolverine ya está en cine, así es que compra tus boletos, palomitas para acabar juntos este gran viaje.
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